Cultivado en las diversas elevaciones de Sri Lanka, desde las tierras bajas hasta las altas, el té de Ceilán ha sido reconocido mundialmente por sus ricos sabores, aromas distintivos y una rica herencia. A diferencia de los tés de otras regiones, el té de Ceilán es reconocido por la notable diversidad de su terroir, que varía a lo largo de la isla, y los métodos tradicionales que garantizan el cuidado de cada hoja. Desde su origen hasta la taza final, muchos factores distinguen al té de Ceilán del resto. Profundicemos en lo que lo hace realmente especial.
Entorno excepcional
El entorno influye significativamente en las características únicas del té de Ceilán, abarcando factores como el suelo, la altitud y el clima. Las regiones productoras de té de Sri Lanka, como Uva, Dimbula y Nuwara Eliya, ofrecen condiciones de cultivo únicas debido a sus diferentes altitudes y factores climáticos. El terroir único del país se caracteriza por altos niveles de humedad, que oscilan entre el 60 % y el 90 % durante todo el año. Esta humedad es esencial para mantener la humedad en las hojas de té, lo que contribuye a los sabores ricos y complejos del té de Ceilán.
Las temperaturas bajas son otro factor crítico. Las regiones de gran altitud, como Nuwara Eliya, experimentan climas más fríos que ralentizan el crecimiento de la planta del té. Este período de crecimiento prolongado permite el desarrollo de sabores y aromas más sutiles. En cambio, las zonas de menor altitud, como Dimbula, tienen temperaturas más cálidas que producen tés con un perfil diferente, a menudo más robustos y con más cuerpo.
La lluvia también juega un papel fundamental. Sri Lanka recibe abundantes precipitaciones durante todo el año, y las plantaciones de té se benefician de ellas. Estas abundantes lluvias garantizan una hidratación adecuada de las plantas, crucial para la producción de té de alta calidad. La lluvia también influye en la salud general de las plantas y del suelo, influyendo en el sabor y la calidad del producto final.
La interacción de estos factores crea una gama diversa de perfiles de té. El terroir distintivo de cada región contribuye a la complejidad y singularidad del té de Ceilán, convirtiéndolo en una variedad apreciada por los aficionados al té de todo el mundo.
Métodos tradicionales de cultivo y procesamiento
Uno de los aspectos clave de la calidad del té de Ceilán reside en la adhesión a los métodos tradicionales de cultivo y procesamiento. Las plantas de té se recolectan principalmente a mano, lo que garantiza la selección de las mejores hojas. Un ejemplo notable es la técnica de recolección de "dos hojas y un brote". Este meticuloso método de recolección manual consiste en seleccionar las dos hojas jóvenes superiores y el brote tierno de cada brote, garantizando así la recolección de las partes más frescas y sabrosas de la planta.
Este proceso, aunque laborioso, garantiza que las hojas conserven su frescura y sabor. A diferencia de los tés cosechados a máquina, que a veces pueden ser menos consistentes, la recolección manual preserva la frescura y el sabor de las hojas. Al permitir que las hojas más viejas y resistentes permanezcan en el arbusto para que sigan creciendo, este método no solo mejora la calidad del té, sino que también mantiene la salud general de la planta, lo que resulta en un sabor y aroma superiores en el producto final.

El procesamiento del té de Ceilán también sigue técnicas ancestrales. Tras la recolección, las hojas se someten a un meticuloso proceso de marchitado, enrollado, oxidación y secado. El grado de oxidación puede variar, lo que da lugar a los diferentes tipos de té de Ceilán: negro, verde y blanco, todos conocidos por su exquisito sabor y aroma.
Diversos perfiles de sabor
El té de Ceilán es reconocido por su amplia gama de sabores, desde brillantes y vigorosos hasta con cuerpo y malteados. El té negro de Ceilán, la variedad más famosa, suele tener un sabor intenso y rico con un matiz ligeramente cítrico. El té verde de Ceilán, en cambio, ofrece un sabor más delicado y refrescante con un dulzor sutil. El té blanco de Ceilán, el más raro y caro, tiene un sabor suave, casi a miel, y es venerado por su suavidad.
Esta diversidad de sabores es otro factor que hace del té de Ceilán algo tan especial, ya que permite a los aficionados experimentar una amplia gama de sabores en un solo tipo de té. Por ejemplo, los tés de altura de Nuwara Eliya son conocidos por su sabor ligero y delicado con un aroma floral, a menudo descrito como «el champán de los tés». Por otro lado, los tés de tierras bajas, como los de Ruhuna, producen una infusión más fuerte y robusta. Esta variedad permite que el té de Ceilán satisfaga a un amplio espectro de paladares, ofreciendo algo para cada amante del té.
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